A medida que la crisis del coronavirus continúa, los padres en todas partes están teniendo dificultades para mantener a los niños saludables y ocupados.

Sentir ansiedad, nerviosismo, agitación, tristeza o ira, entre otras emociones, es normal entre los más pequeños frente a situaciones tan extremas como la que estamos atravesando con la pandemia por Covid-19 y la situación de confinamiento que supone.

 

El confinamiento está pasando factura a la salud de los niños, sobre todo de los más pequeños. La falta de juego al aire libre, el aislamiento y dificultad de realizar ejercicio físico puede aumentar la irritabilidad del niño y el estrés que puede llegar a afectar a su estado emocional.

 

La preocupación y estrés que sufren los padres por esta situación actual, el bombardeo de noticias e imágenes recibidas también pueden llegar a tener un gran impacto en nuestros pequeños que están sufriendo una cantidad de estrés anormal. Puede que estas emociones que muestran tus hijos te asusten, pero se trata de reacciones normales frente a situaciones inusuales y de crisis grave que suponen afrontar niveles extremos de incertidumbre y estrés pero tendremos que ayudarles si no queremos que enfermen.

 

Los cambios  más comunes que podemos notar en los niños en este periodo de aislamiento son los siguientes:

  • Un mayor número de rabietas y desobediencia. No hacer lo que le pedimos e incluso responder de mala forma.
  • La falta de su rutina habitual puede dar lugar a cambio de humor y aumentar las peleas entre los hermanos.
  • Debido a la cantidad de información que estamos recibiendo constantemente, la preocupación de lo padres y el cambio total de su “rutina habitual”, puede verse reflejado en nuestros peques en alteraciones de sueño. Que aumenten los miedos y la pesadillas.

Si te preocupa cómo proteger y cuidar a los niños durante esta crisis y al mismo tiempo sientes que no puedes darle una solución acertada, podrás contar con mi ayuda para establecer unas pautas de actuación familiares y funcionales que regulen y atenúen las consecuencias de este trance. 

 

Todos estamos preocupados y el producto de ello es un mayor nerviosismo e irritabilidad por lo que va a ser imprescindible una ración extra de tolerancia.