Cómo elegir a un/a psicólogo/a

16-01-2018

 

.1- Primer paso. ¿Tiene la capacidad legal?

Asegúrate de que es Psicólogo/a.

Un psicólogo puede ejercer distintas labores en distintos ámbitos. Pero son dos los requisitos fundamentales para poder ejercer como tal, ha de tener una Licenciatura o Grado en Psicología y estar colegiado. 

 

Si tu demanda es de corte sanitario, o relacionado con tu salud mental, (sufres malestar emocional, tienes preocupaciones que te impiden tener una vida plena y satisfactoria, padeces depresión, estrés o ansiedad, o sospechas que padeces algún otro trastorno) asegúrate que el psicólogo al que acudes es un Psicólogo Generalista Sanitario o Psicólogo Especialista en Psicología Clínica.

 

Si bien un psicólogo puede ejercer en distintos ámbitos (escuela, consejo psicológico, ámbito laboral, coaching, etc.) para trabajar en el ámbito sanitario es una condición indispensable disponer de a) acreditación de Psicólogo Generalista Sanitario o disponer del máster de Psicología General Sanitaria; o b) disponer acreditación de Psicólogo Clínico. Por eso, es importante que te fijes en que el Psicólogo tenga dicha acreditación.

 

 

2.- Segundo paso: un profesional a tu medida

Es importante que elijas al profesional que mejor se adapta a tus necesidades. Existen diferentes especializaciones o áreas de trabajo dentro de la Psicología, cada una con su finalidad, y es importante conocerlas a la hora de elegir cuál de ellas te interesa más.

 

En la mayoría de los casos, como ya se ha comentado previamente, cuando una persona busca ayuda para resolver una situación vital que le provoca un desequilibrio, necesitará a un profesional de la Psicología Clínica o Generalista Sanitaria, que después pueden desarrollar diferentes tipos de terapia, enfocarse a diferentes públicos y especializarse en diferentes enfoques o dificultades concretas.

 

Entre los psicólogos generalistas y clínicos, encontraremos a personas que centran su trabajo en ciertas problemáticas como trastornos de la alimentación, adicciones, demencias, trastornos del desarrollo, ansiedad, depresión, dificultades de aprendizaje (...) y que trabajan con un público concreto como niños, adultos, adolescentes, personas con discapacidad, tercera edad, etc. Esto generalmente significa que tienen mayor conocimiento y experiencia en tratar ese tipo de dificultades en esos colectivos en concreto.

 

Muchos de ellos habrán realizado especializaciones (expertos, masters, posgrados) que les han permitido ampliar esos conocimientos y experiencia, y acreditarlo. La forma más efectiva de comprobar que un psicólogo/a tiene los conocimientos que dice tener, es asegurarse de que tiene una titulación reconocida que pueda acreditarlo. Los años de experiencia también son otro punto que puede darte información acerca de su saber hacer.

 

3. Tercer Paso: Infórmate acerca de las terapias que utiliza. A la hora de evaluar e intervenir en la práctica clínica, existen diferentes enfoques y los psicólogos/as realizarán diferentes tipos de recogida de datos y utilizarán diferentes tipos de herramientas y métodos para tratar a las personas con las que trabajarán. Hay terapias que tienen una mayor evidencia científica que otras a la hora de tratar ciertos tipos de problemas o dificultades, por lo que a la hora de elegir al Psicólogo/a es importante tener en cuenta qué tipo de terapias utiliza.

Pregunta todo lo que necesites saber para sentirte cómodo/a antes de ir a la consulta y también una vez estés allí. 

4.- Cuarto paso: alianza terapéutica y otras consideraciones

Es muy importante que te sientas a gusto con la profesional que hayas elegido, que te genere confianza y que puedas expresarte libremente para que la relación terapéutica funcione y pueda ayudarte a realizar el cambio que necesitas. Para que una terapia sea lo más efectiva posible, es fundamental que la actitud por parte de la persona que quiere recibir ayuda sea de colaboración, participación y compromiso.

 

En un proceso terapéutico por norma general existen momentos duros en los que sufriremos, encontrar a un psicólogo con el que se establece un buen vínculo de confianza profesional-cliente es esencial para mantener la seguridad en el terapeuta. Cuando es la primera vez que acudimos a un psicólogo es normal sentirse incómodo, pero si después de unas cuantas sesiones no te sientes agusto con tu profesional, probablemente la mejor opción sea cambiar de psicoterapeuta.

 

Tú decides. Un psicólogo no debería juzgarte ni tratar de coaccionarte para que realices las actividades que te propone ni para que continúes con la terapia si has decidido dejarla, si bien hay que tener en cuenta que a veces los cambios son costosos y no siempre lo que te propone el profesional te hará sentir mejor en el corto plazo, pero siempre será decisión tuya si quieres participar o no.

 

Existe una normativa que el psicólogo/a debe cumplir que está recogida en el Código Deontológico de Psicología y otras leyes del ambito sanitario, si tienes dudas acerca de los derechos y obligaciones que el profesional tiene como tal, puedes consultarlo.

 

Se puede cambiar de psicólogo. No todas las terapias funcionan con todas las personas de la misma forma, no todas las personas “conectan” de la misma manera y no todos los enfoques terapéuticos encajan con las expectativas que la persona tiene cuando va al profesional.